Saber qué monitorizar es tan importante como disponer de un buen sistema de monitorización. Una infraestructura sobrecargada de indicadores irrelevantes puede generar ruido y fatiga de alertas; una con poca visibilidad puede pasar por alto incidencias críticas hasta que ya es demasiado tarde.
Para garantizar el buen funcionamiento de los sistemas TI, es necesario identificar los indicadores clave de rendimiento y disponibilidad (KPI y KRI) que tienen realmente impacto sobre la estabilidad del servicio, la satisfacción del usuario final y el cumplimiento de los SLA.
A continuación repasamos los principales parámetros que deberían tener bajo control en cualquier plataforma de monitorización bien diseñada.
1. Disponibilidad y estado de los servicios (Service Uptime)
¿Qué indica?
Si un servicio (web, base de datos, aplicación interna, API, etc.) está funcionando correctamente o no.
¿Por qué es clave?
Es el núcleo de la monitorización. Todos los demás indicadores deben contextualizarse en función del impacto real sobre el servicio. Un CPU al 100% puede ser inofensivo si no afecta al servicio. Pero un servicio caído, aunque todo parezca "verde", es un problema real.
¿Cómo se mide?
Con checks activos y pasivos desde diferentes puntos de vista: ping, conexión de puerto, transacciones completas, métricas de respuesta, etc.
2. Tiempo de respuesta (Response Time / Latencia)
¿Qué indica?
La rapidez con la que un servicio responde a una petición.
¿Por qué es clave?
Una aplicación puede estar "activa", pero si tarda más de 2-3 segundos en responder, es probable que el usuario lo considere una mala experiencia o incluso una interrupción.
¿Cómo se monitoriza?
Con pruebas sintéticas y plugins específicos por servicios web, APIs REST, DNS, LDAP, etc. También es habitual incluir pruebas multipasos (login + consulta + respuesta).
3. Uso de recursos: CPU, RAM, disco y red
CPU & RAM
- Alta ocupación constante puede indicar procesos ineficientes, problemas de escalabilidad o ataque por denegación de servicio.
- Es relevante más por tendencia que por picos puntuales.
Disco
- Capacidad libre: no sólo evitar que el sistema falle, sino prevenir pérdida de datos o bloqueo de servicios.
- Tiempo de acceso a disco (IOPS, latencia): afecta directamente al rendimiento de servicios intensivos como bases de datos.
Red
- Ancho de banda consumido, paquetes descartados, latencias entre nodos o switches.
- Ideal para detectar saturación, errores de configuración o anomalías.
4. Estado de procesos y servicios internos
¿Qué indica?
Si los procesos críticos del sistema están activos y operativos (por ejemplo, mysqld, nginx, tomcat, docker, systemd targets, etc.).
¿Por qué es clave?
Algunos servicios pueden fallar sin que el sistema operativo por lo general presente errores. Supervisar los procesos clave es esencial para mantener su integridad funcional.
¿Cómo se monitoriza?
Con agentes como Zabbix Agent, SNMP, NRPE o scripts personalizados. También se puede realizar vía systemd o supervisión de logs.
5. Logs y eventos
¿Qué indica?
Incidencias, errores y alertas que no aparecen en las métricas convencionales.
¿Por qué es clave?
Los logs aportan el contexto cualitativo del estado del sistema. Pueden revelar errores de código, intentos de conexión fallidos, problemas de autenticación o señales de ciberataques.
Herramientas asociadas
Monitorización de logs vía Elastic Stack (ELK), Graylog, Syslog-ng, etc., integrados con alertas personalizadas.
6. Estados de backup y réplicas
¿Qué indica?
Si las copias de seguridad se han realizado correctamente, si se han validado, y si las réplicas (por ejemplo, de BBDD) están sincronizadas.
¿Por qué es clave?
La restauración de un sistema caído depende del backup. Y no tener visibilidad puede provocar pérdidas graves.
Cómo monitorizarlo?
Con scripts de validación de backups, plugins para BBDD como PostgreSQL, MySQL o MongoDB, y estados de sincronización (por ejemplo, en entornos HA).
7. Estado del entorno (hardware, energía, temperatura)
¿Qué indica?
Condiciones físicas que pueden afectar a los sistemas: temperatura elevada, ventiladores defectuosos, fuentes de alimentación en fallo, etc.
¿Por qué es clave?
Especialmente importante en entornos donde premian la estabilidad y el tiempo de respuesta. Un fallo de hardware puede ser más destructivo que un error lógico.
Herramientas habituales
SNMP, IPMI, sensores de fabricantes, integrados en el sistema de monitorización principal.
Y sobre todo… el contexto
Un buen sistema de monitorización no sólo muestra métricas: las contextualiza y prioriza según el servicio, los usuarios afectados y la criticidad. Por eso, en Solucions‑IM diseñamos soluciones a medida que no sólo recogen datos, sino que ayudan a tomar decisiones informadas.
Desde una supervisión básica hasta entornos distribuidos con miles de servicios y nodos, el objetivo no es sólo ver lo que falla, sino anticipar lo que puede fallar.
Monitorear todo no es una estrategia. Monitorear bien sí. Identificar qué indicadores son relevantes para tu infraestructura y cómo monitorizarlos de forma eficiente es el primer paso hacia una TI fiable, predictiva y preparada para crecer.
En Solucions‑IM te ayudamos a realizar esta selección con criterio, basándonos en la experiencia, la escalabilidad y las necesidades concretas de cada entorno.